martes, julio 22, 2008

“Wena Natty” y “Subteniente hot”: Como la educación y el ejército siguen con el machismo

Podemos tener una mujer presidenta, podemos jactarnos de un avance social importante, disminuir los niveles de pobreza, aumentar los niveles de alfabetismo, pero aún somos un país “pechoño”, pacato, ultraconservador y odiosamente machista. Hay que reconocerlo. Somos básicos y hasta estúpidos.
Y es que el país avanza en varias materias, el Gobierno se jacta de la importante disminución en los niveles de pobreza (dónde la Región de Atacama lleva la delantera) y del aumento sostenido del alfabetismo (cercano al 100%), pero en situaciones puntuales, es donde demostramos que poco es lo hemos avanzado en comportamiento social y me refiero a la actitud que como sociedad tomamos frente a determinados temas, como la igualdad de género, el respeto a las minorías sexuales, los derechos reproductivos, la anticoncepción, etc. Seguimos estando dominados por el machismo insano, la discriminación y el conservadurismo solapado. Lo peor de todo es que estamos sembrando la hipocresía a manos llenas, mientras nuestros jóvenes se liberan, nuestros discursos y acciones siguen siendo débiles y tangentes.


Sexo oral infantil
“Wena Naty”, esa frase que estremeció al país gracias a un video de una adolescente practicándole sexo oral a un compañero de liceo y que escandalizó hasta a los más liberales e hizo poner el grito en el cielo a las señoras de misa. Lo cierto es que los que más celebraban la “gracia” eran los mismos jóvenes. El vídeo de la “Natty” recorrió internet y celulares y la jovencita se transformó en una estrella del porno amateur. Más allá de cualquier análisis basado en la “moral” (para mí lo cuestionable fue la distribución de un material con contenido pornográfico donde los protagonistas eran menores de edad, aunque hay que recalcar que se hizo en circunstancias diferentes a las de una producción deliberadamente pornográfica), lo de la “natty” no fue nada más que la ejemplificación de cómo los jóvenes viven su sexualidad y la avalancha de videos fue importante (desde el wena Carmelo hasta otras osadías con uniformes). Tras el temporal, quién se llevó la peor parte fue precisamente la “Natty”. La joven fue expulsada del liceo y fue estigmatizada. ¿Qué pasó con el joven que recibió el sexo oral? ¿Franco, se llamaba?, lo difícil que resulta recordar su nombre es porque nadie condenó al adolescente. Todas las condenas cayeron sobre la niña. ¿Qué es eso?, Si no es machismo, ¿Qué es? ¿Acaso la responsabilidad de la sexualidad es exclusiva de las mujeres? ¿Es el sexo “honor” para hombres y “deshonra” para las mujeres?. Al menos eso parece.
Una demostración que como sociedad no hemos vanzado ni un milímetro en estos años y que la píldora del día después no fue nada más que un pequeño “veranito de san Juan” para la igualdad de géneros y los derechos sexuales y reproductivos. Acá la arista del “wena natty” no fue la correcta y que hubiera sido una excelente oportunidad para EDUCAR a jóvenes, varones y damas, en torno a su sexualidad y a las relaciones sexuales, pero no, se utilizó una vez más para marcar diferencias y para demostrar lo pachorros que somos.

Subteniente “Hot”
El caso de la ex subteniente, Marisol Vargas, es similar. En vez de un video fueron unas fotos en las que salía en actitudes “eróticas” con su novio, que más tarde se convirtió en su esposo. Más encima las fotos eran privadas y habían sido sacadas a la mala de su PC. Por suerte el Capitán Sergio Valenzuela, quien había sacado las fotos, ahora enfrenta a la justicia.
Pero tras el incidente, ¿Quién resultó más perjudicada?, nuevamente la mujer, que perdió su lugar en el ejército (aunque ellos digan que fueron por otras causas y lo que más surge son dudas a la luz del historial de discriminación y machismo que cubre al ejército y a las fuerzas armadas en general). Además quedó estigmatizada como la “teniente HOT”. ¿Qué pasó con su ahora marido?, sigue en la institución y casi nadie se acuerda de él y su cara. Y es que en este caso, el único que tuvo una conducta reprochable fue quien sacó las fotos desde un ámbito privado. Ella y su novio no. Simplemente porque lo que hacían era parte de su intimidad. El ejército, una vez más se metió en las sábanas de sus integrantes, así como la Iglesia se mete en la cama de sus feligreses y de toda la sociedad y más aún mostrando que su talón de Aquiles sigue siendo el machismo y la discriminación, tal cual lo hace la Iglesia.

¿Dónde Vamos?
El caso de la “natty” y de Marisol, no son más que un pequeño islote, donde debajo se esconde una montaña de lugares comunes, de procesos mal entendidos y de una sociedad que se niega a evolucionar completamente. Hombes y mujeres, seres iguales, tenemos los mismos derechos de sentir placer y tenemos a la vez las mismas responsabilidades frente a la sexualidad. ¡¡Si te lo chupan o los chupas, da lo mismo!!, debes responsabilizarte por ello. Suena vulgar y puede que lo sea, pero es como debiéramos procesar.
Y es que una vez más los avances, de los que nos sentimos tan orgullosos, a veces no son un reflejo de nuestro crecimiento interior y social. El género sigue siendo un diferenciador de responsabilidades, y más si es con respecto al sexo.
Acá, en el machismo y en nuestra intolerancia hacia lo diferente, es donde demostramos que, si bien casi no hay analfabetismo en Chile, nuestro país aún sufre del peor “analfabetismo social” y que va de la mano de muchas de nuestras instituciones. ¿Estamos haciendo algo para que nuestras generaciones futuras dejen atrás esos vicios? Esperemos que sí, pero creo que no podremos esperar que eso lo haga ni la Iglesia, ni el ejército… aunque aún me queda esperanza en que lo hagamos desde la Educación.

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