martes, julio 24, 2007

“Mi vida sin mi”: Cosas que hacer antes de Morir

· A pesar de ser una película sobre la muerte, “Mi vida sin mí” es la mejor inyección de ánimo y vida. Aunque no es recomendable para depresivos. Una paradoja que se explica en la solidez de la cinta.

Ann (la excelente Sara Polley) tiene veintitrés años, dos hijas, un marido que pasa más tiempo cesante que trabajando, una madre que odia al mundo, un padre que lleva diez años en la cárcel, un trabajo como limpiadora nocturna en una universidad a la que nunca podrá asistir durante el día. Vive en un remolque en el jardín de la casa de su madre, a las afueras de Vancouver, Canadá. Cuando cree que nada podría ser peor, un reporte médico le anuncia que su vida miserable se extinguirá. Comienza un depresivo testimonio, donde se vuelca en dos semanas a hacer lo que nunca hizo en su vida y su prioridad es sentirse amada.
"Mi vida sin mi" es una cinta a prueba de depresivos, pero que gracias a la dirección de Isabel Coixet, no se cae en los excesos ni en el melodramatismo exagerado, pero que logra emocionar con simples momentos llenos de una sensibilidad especial. Son especialmente logrados el encuentro en la casa vacía con su amante o cuando friega pisos queriendo estar estudiando o cuando se da cuenta que el amor es más que un revolcón desapasionado en un colchón hediondo.
Esta película es un profundo viaje al valor de lo que tenemos. Es vida, es depresión, es como a veces nos sentimos, es como a veces queremos que todo acabe. Cinematográficamente posee una fotografía oscura, plagada de colores azules casi tanto como en interior de la protagonista y las actuaciones merecen reconocimiento a parte, en especial Sarah Polley (“El amanecer de los muertos”, donde también estuvo excepcional), que construye un personaje potente y lleno de gestos y expresiones únicas. "Mi vida Sin Mi" es una película hermosa, llena de poesía, sensibilidad y honestidad. Ideal para los que creen en la perspectiva de géneros, en especial en los que se refiere a que morir no distingue nada y más aun para quienes ven la vida con dolor y desesperanza. Excelente, aunque si anda sensible quizás no es la mejor inyección ánimo, pero si es un canto a vivir la vida de la mejor manera.



Ficha:
Dirección
: Isabel Coixet.
Países: España y Canadá.
Año: 2002.
Duración: 100 min.
Interpretación: Sarah Polley (Ann), Amanda Plummer (Laurie), Scott Speedman (Don), Leonor Watling (Vecina), Deborah Harry (Madre), Mark Ruffalo (Lee), Sonja Bennett (Sarah), Alfred Molina (Padre), Jessica Amlee (Penny), Kenya Jo Kennedy (Patsy), María de Medeiros, Deanne Henry.
Guión: Isabel Coixet; basado en el relato 'Pretending the bed is a raft' de Nanci Kincaid.
Producción: Esther García y Gordon McLennan.
Música: Alfonso de Vilallonga.
Fotografía: Jean-Claude Larrieu.
Montaje: Lisa Jane Robinson.
Diseño de producción: Carol Lavallee.
Dirección artística: Shelley Bolton.
Vestuario: Katia Sano.
Calificación: Todo Espectador (No recomendable menores de 7 años)
Trailers:

jueves, julio 19, 2007

“Cell”: Cuando el terror te llama directo al celular



* Es la penúltima novela del escritor Stephen King que en Estados Unidos desbancó las listas de los más vendidos. Un libro entretenido, a ratos excesivo, pero que confirma que Sthephen King es el rey de los libros de “matiné”.

El maestro del horror moderno, como lo llaman sus fans, apareció en las librerías chilenas hace unos meses con una historia dedicada a George A. Romero, considerado el padre de los “muertos vivos”. Y es que “Cell”, (que puede ser traducida como “Celular”) su novela publicada en el 2006 en Estados Unidos y a comienzos de año en Chile, toma prestada claras referencias a la cinta que en 1968 dirigió George A. Romero y que es considerada hasta hoy una pieza de culto y la primera que dio origen a los zombies como hoy los concebimos, es decir, seres sedientos de carne humana fresca.
“Cell” comienza tan vigorosamente que sus primeras 40 páginas parecen transcurrir sin pausa, entre sangre a raudales y acción trepidante. Y su historia es simple. Una tarde Clayton Riddell, un dibujante de comics que busca desesperadamente una oportunidad, está en Boston por una entrevista de trabajo. Allí en medio de la pasividad de un primero de octubre ve como una mujer que compra helados ataca al heladero y le desgarra la garganta con los dientes y de pronto todo el mundo a su alrededor se transforma en un caos. Todos parecen transformarse en seres sedientos de violencia y donde la sangre no se demora en cubrir las calles de toda la ciudad. El culpable de tal caos parece ser la señal que emanan los celulares. Entonces se refugia junto a un grupo de sobrevivientes, entre los que se encuentra un gay con agallas, una chica sensible y niño con su abuelo adoptivo. Clayton tiene una sola cosa en mente, llegar hasta donde su hijo y su esposa pero a cada instante no puede olvidar que alguna vez le regaló a su hijo un celular rojo.
“Cell” desde el comienzo se lee como “cine en letras”, no en vano las novelas de Stephen King son adaptadas a la pantalla grande casi en forma inmediata (de hecho Eli Roth, director de las sangrientas “Hostal”, ya anunció que prepara la adaptación de este libro) y sus primeras páginas parecen ser parte de una larga secuencia de acción y sangre que está escrita para ser llevada al cine. Es que Stephen King posee un innegable talento y oficio para las descripciones y es capaz de imprimir rapidez a las letras cuando se lo propone. Igualmente sus personajes son creíbles y por momentos hasta logran crear alguna empatía con el lector, en especial Alice y Tom, que son los compinches inseparables de Clayton. Tom es gay (aunque no se hace mucha referencia a eso) y se nota que siente una fuerte atracción por Clayton, quien llega a estimarlo de sobremanera. Alice es casi como una niña huérfana que sólo quiere estar acompañada. Es un trío que lucha contra esta especie de “zombies” que matan a todo lo que se cruza por su camino, luego de ser “reprogramados” por el “El pulso”, como llaman al fenómeno que se propagó gracias a los teléfonos celulares.
Llena de referencias a las películas de zombies de George Romero (de ahí la dedicatoria), en especial en lo que respecta a como los “humanos” a veces nos transformamos en zombies gracias al consumismo (Romero hizo esa referencia en la cinta “El Amanecer de los Muertos” de 1978, la que tuvo un excelente Remake en el 2004). Aunque King agrega algunos puntos importantes en la historia reciente de Estados Unidos, como el hecho de la psicosis terrorista generada luego de los atentados a “Las Torres Gemelas” y la elección de Bush (incluso los personajes no lo nombran, pero hacen referencia a su gobierno diciendo. “el infierno en Estados Unidos llegó hace bastante antes que llegara El Pulso”).
El problema de “Cell” es que su historia ya no suena original. Los “rayados” como llaman a los zombies tecnológicos se parecen a los contaminados que ya salieron en cintas como “Exterminio” (28 days Later) y en varias novelas con referencias a virus exterminadores. Además a medio camino la novela pisa el freno para dedicarse a entender a los “rayados” y es ahí donde los personajes se estacan y la novela toma ribetes innecesarios, oníricos que se alejan del tono original donde lo más sabroso era leer como los personajes trataban de no ser masacrados por los zombies. El viaje al norte aun lugar que no se sabe si es una salvación o una condena, tampoco está del todo logrado y sólo se entiende la motivación de Clayton de ver a su familia.
“Cell” es entretenida gracias a que Stephen King tiene el oficio para crear historias de “matine” sangriento, con momentos rápidos y personajes bien delineados, pero en su desarrollo estructural es donde “Cell” decae. Aún así los fanáticos no quedarán decepcionados y seguramente esta novela se transformará en una sangrienta película de zombies que tendrá solo la mitad de la historia y la mitad de los personajes, aunque esperamos que Tom y Alice sobrevivan a la adaptación cinematográfica.

miércoles, julio 11, 2007

Ratatouille: Pixar lo hizo de nuevo


* La nueva película Disney, bajo el alero de Pixar, presenta el que podría ser uno de sus más entrañables personajes animados. Remy, la rata que quiere ser cocinero.

Remy es una rata de alcantarilla que posee un súper desarrollado olfato, por lo que se niega a comer cualquier porquería sacada de la basura, como lo hacen sus parientes y amigos. Por eso que prefiere hurguetear en las cocinas de los humanos para conocer los misterios de la alta cocina. Es así como tras un pequeño incidente termina viviendo en uno de los restaurantes más respetado de Paris. Ahí conoce a Linguini, el recién llegado lavaplatos que tiene cero sentido del gusto, pero que gracias a la ayuda de Remy, puede cambiar su suerte.
“Ratatouille”, que toma su nombre de un tradicional plato francés que es usado sólo como acompañamiento, es una película extraña en la tradición de Disney, dónde el gran protagonista es un ratón (parlachín con ganas de ser Chef y que se siente fuera de lugar en su mundo), que más encima logra interactuar con los humanos. Un reto para la credibilidad de la cinta que mezcla dos mundos, pero que más allá de las licencias que se puedan aceptar en las películas animadas, sale bastante airosa. Y eso gracias a que Remy, el pequeño protagonista, logra un nivel de llegada haciéndose cada vez más entrañable en el espectador, el que es capaz de entender su dinámica y su cruce de experiencia con los “humanos”.
Remy como personaje es un triunfo, totalmente adorable y que provoca empatía y una extraña complicidad en el público. Remy encarna a quienes con esfuerzo logran sus objetivos por más descabellados que suenen.
El mérito de esta nueva aventura de Disney está precisamente en eso, en sus personajes. Donde cada uno es capaz de tener motivaciones propias sin importar si son ratones o humanos. Linguini sólo quiere trabajar, Colette (la ayudante de cocina) sólo quiere subsistir en un “mundo de hombres” como ella llama a la alta cocina y Skinner (el malvado) sólo quiere apoderarse del restaurante.
Una película entretenida que viene de la mano de los creadores de “Los Increíbles” y que demuestra que la animación no se deja engolosinar sólo por el virtuosismo de las técnicas de creación, si no que pone énfasis también en sus personajes.
Brad Bird, el director, crea un producto sobresaliente que simplemente logra sorprender, incluso más allá que sus predecesoras y que entrega un mensaje potentísimo, con una doble lectura deliciosa sobre la tolerancia y el poder de la perseverancia. Ideal para quienes piensan que el cine para niños sólo es diversión, ya que acá la entretención da paso a la reflexión y en ese sentido “Ratatouille” es una delicia.
Además es potente en las imágenes, lo que queda demostrado en la secuencia donde Remy escapa por los recovecos de un edificio en Paris, para luego contemplar la ciudad luz desde lo alto de un tejado. Simplemente una secuencia magistral en el campo de la animación.
Es decir, “Ratatouille” conjuga todos los elementos cinematográficos a la perfección y se transforma en la película ideal para la familia y en una de las más logradas cintas de animación de los últimos años. Entretenida, irónica, deliciosa como sus platos y hermosa. IMPERDIBLE ESTRENO INFANTIL.

FICHA TÉCNICA
TITULO: Ratatouille

TITULO ORIGINAL: Ratatouille

GENERO: Animación computarizada

DIRECCION: Brad Bird

GUION: Brad Bird

VOCES ORIGINALES DE LA VERSION SUBTITULADA: Patton Oswalt, Ian Holm, Lou Romano, Brian Dennehy, Peter Sohn, Peter O`Toole

MUSICA: Michael Giacchino
MONTAJE: Darren Holmes

ORIGEN: Estados Unidos (2007)
DURACION: 110 minutos

CALIFICACION: Todo Espectador

RECOMENDACIÓN: EXCELENTE. MAXIMA RECOMENDACIÓN


viernes, julio 06, 2007

Pamela Jiles: ¿Quién odia a la rubia de la lengua voraz?


* Es la lengua más poderosa de la actual farándula chilena. Sus comentarios son sabrosos, mordaces y llenos de un humor que se lo quisiera Coco Legrand… además de eso tiene un rostro que se lo envidia cualquier modelo… es decir, Pamela Jiles es una delicia en todo sentido… ¿Quién podría atreverse a odiarla?

Son los ojos más hermosos y expresivos que alguna vez haya visto la farándula chilena. Son los gestos y las expresiones más intensas que tenga un espacio en la televisión. Todo unido a una inteligencia que, a veces a uno lo hace sentir un ser limítrofe, incapaz de racionalizar con la claridad que ella lo hace. Es Pamela Jiles la conjunción perfecta entre inteligencia y belleza.
Hablar de su trayectoria es gastar letras, porque “la Jiles” es de esas que uno terminaría páginas y aún así no alcanzaría a enumerar todo sus aciertos o sus características. Yo la primera imagen que tengo de ella es en un reportaje de “Informe Especial”, es tan potente su imagen que casi me cuesta recordar claramente de que se trataba el reportaje (sumando que yo aún era un niño que a esa hora veía televisión entre bostezos), pero ahí estaba ella inundando la pantalla y trasmitiendo su voz profunda a través del aire para adentrarse a mis oídos.
Es ella, esa figura que uno escucha (sé que hay algunos que no gustan de sus comentarios), que seduce con las palabras y que al fin y al cabo provoca reacciones. Desde la época de la dictadura, Pamela Jiles se ha dado el lujo de decir las cosas casi sin freno aparente, sin medida y con una certeza admirable o mejor dicho, con una concordancia en sus ideas con las mías. Pero nada de eso sería tan potente a no ser por lo atrayente de su personalidad. Pamela Jiles es todo, es pensamiento, cuerpo y palabras.

Cuerpo: Mujer que haces para mantenerte así. Capaz de ser la imagen que tienen los adolescentes cuando se masturban. Capaz de ser la fantasía sexual de un niño de 12 años, hasta la de un abuelo de 90. Imagino que es caliente a morir, que no tiene reparos para envolverse como una serpiente en los cuerpos afortunados que te acompañan. Cuerpo hecho a mano, escultural por donde se le miré y aunque Italo Pasalacqua le diga cada vez que pueda que es una “veterana”, ella se mantiene como quiere. Miles de modelos, las que ella misma critica desde su tribuna de SQP, desearían su figura o mejor aún, de seguro no se verán ni un tercio de lo bien de lo que se ve Pamela Jiles a su edad. Punto. Es rica y nadie puede negarlo.

Pensamiento consecuente (una consecuencia que uno siente desde dentro. Se puede ser de Izquierda, pero se puede ser burgués, pero ella es ambos y en ambos se siente consecuente… ¿como lo hace? Ni idea), ideales profundos y correctos, sólo me falta escuchar sobre temas valóricos, aunque a juzgar por sus libros (que reconozco comencé a leer hace poco, pero que desde hoy serán mis libros de cabecera) ella debe ser liberal (así lo espero).

Palabras: Que lengua más mordaz, pero llena de una ironía que en realidad provoca envidia. Sus estruendos y versos que salen de esa boca caliente se elevan por entre las voces inmundas de la farándula chilena para caer sigilosas en los oídos y para retumbar en los cinco sentidos. Pamela Jiles habla y muchos se ponen como toros a punto de empalarse unos a otros, como caballos con el falo duro. Para mi Pamela Jiles es esperar una sonrisa espontánea… Pamela Jiles es un afrodisíaco para el humor inteligente.
¿Quién podría odiar tal perfección? Un envidioso simplemente. Qué importa si a veces raya en la crueldad… ella es auténtica. VIVA Pamela Jiles. No te mueras nunca.