El final de la serie original de Netflix es devastador. Un golpe de drama en una serie que se mantuvo equilibrada entre la comedia y lo dramático. En esta temporada se cierran historias, pero deja momentos que rompen y traspasan más allá de las complejidades de los personajes. Un final de esos que se recuerdan por mucho tiempo.
Cuando se anunció que la Temporada 7 sería la última, el alivio fue mayor. Después de las explosivas temporadas 6 y 7, Netflix podría haber caído en el riesgo de alargar innecesariamente una serie que ya tenía asegurado su lugar entre los fanáticos. Sin duda, la tentación era grande y más aún con una serie de personajes entrañables, con dramas intensos y con mucho que entregar.
Esta temporada vino a ser un cierre con momentos devastadores. Los personajes principales avanzan y anuncian su final que por momentos pinta para lo peor.
Piper ya está en libertad tratando de organizar su vida y sin perder el contacto con su esposa Alex, que sigue en prisión. Para ellas la cosa no es fácil y si bien su historia se estacó en las temporadas anteriores, en esta revive y florece con un halo de romanticismo interesante.
Si bien Piper es el hilo de la historia, son otros personajes los que en esta temporada estallan. Taystee es por lejos el personaje que mejor evoluciona. Es quien por momentos nos hace temer lo peor y nos entrega una dosis de humanidad necesaria en medio de tanta locura. Danielle Brooks construye un personaje inolvidable.
La entrada en escena de la zona para extranjeras en situación irregular, permite crear momentos intensos y que son un abanderamiento necesario en la causa de los migrantes y la crisis humanitaria que vive el mundo. OITNB muestra el horror del sistema y cómo el odio a los migrantes y las políticas restrictivas causan daño, dolor, muerte. Sin duda, los momentos más emotivos están dados por estos personajes. Muchas de ellas en finales devastadores.
Hay sin duda mucho, pero lo principal es reconocer que extrañaremos a las chicas. Daya y su madre (en una relación que explota), Suzanne en un cierre esplendoroso (Uzo Aduba, como siempre esplendorosa), Lorna y su mágica existencia nos devastan y Pennsatucky simplemente duele montones. Nicky es cuento a parte. Un personaje complejo y hermoso.
Hay momentos notables y actuaciones solidísimas de todo el elenco. Y personajes nuevos que a pesar de lo corta de su participación, logran entrar en nuestro corazón (la madre salvadoreña es el mejor ejemplo y la migrante de medio oriente).
Hay cierres terribles, pero en general esta temporada tiene un tono más dramático y necesario, sin olvidar los momentos de comedia. Un acierto total para una serie entrañable.
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