lunes, septiembre 24, 2012

“Resident Evil 5, La Venganza”: Esto ya no huele bien

Es la quinta parte de la saga basada en el popular video juego. Milla Jovovich se repite el plato como Alice y Paul W.S. Anderson regresa a la dirección, lo que supone nuevos aires a la serie y que en realidad se transforma en más de lo mismo: muchas balas, ciencia ficción y una trama que de tanto estirarse está a punto de romperse. La salva una secuencia de puro terror y el ritmo trepidante que los fanáticos agradecerán.

La cinta parte presumiblemente donde terminó la cuarta entrega (aunque cambian algunos actores) y nuevamente nos presenta a Alice luchando contra la corporación Umbrella. Ella está atrapada en las instalaciones de la compañía... (seguir leyendo)

lunes, septiembre 10, 2012

“El Dictador”: Irreverencia pura

Sacha Baron Cohen vuelve a la carga con el mismo estilo que lo ha hecho famoso, la irreverencia. En esta ocasión interpreta a un cruel y despistado dictador de una ficticia nación africana petrolera. Hay chistes que funcionan por su irreverencia y como siempre, logra colar lo peor de la sociedad americana. Puede funcionar como crítica o como simple bufonada, el punto es que la película al menos se deja ver fluidamente gracias a que, a diferencia de las anteriores, existe una historia más lineal y no sólo una sucesión de schetchs.

La historia gira en torno al Rey Aladeen que es el dictador de un país africano que lidera la venta de petróleo... (seguir leyendo)

domingo, septiembre 09, 2012

Límites del arte I: Pornografía

La censura en Gran Bretaña de la película de horror “The Human Centipede  2” (una cinta de horror extremo) desató una sabrosa discusión respecto a los límites del arte y que podía ser considerado arte y que no.
Al comienzo el cine no era considerado un arte y lo mismo sucedió con varias otras expresiones que enfrentaron el desconocimiento y la desconfianza de quienes las veían más como una entretención de feria. Incluso dentro del mundo del cine la discusión es la misma. ¿Qué es una película de arte? ¿Es el último hit de Hollywood una expresión artística?, preguntas que surgen de vez en cuanto y que diferencian a los cinéfagos de los cinéfilos. Es decir entre los consumidores ávidos de cine y los más puristas amantes del séptimo arte.
Quizás junto con el horror extremo, que dedicaré cuando vea la citada película (la primera parte es repugnante pero no muy gráfica), el cine pornográfico es otro de los más cuestionados en su calidad de arte. ¿Es la sucesiones de imágenes sexuales una expresión de arte?, probablemente haya quienes lo discutan y aunque haya secuencias “complicadas” muchas de las cintas que hoy inundan el género de seguro no tienen en lo absoluto una motivación artística.
A pesar de esto sí hay una serie de cintas que en su conjunto y aunque su motivación principal sea la exhibición directa del acto sexual, sus resultados pueden considerarse una expresión de arte. En los 70, cuando el cine pornográfico tuvo su apogeo, surgió un puñado de directores que hicieron del porno todo un arte y que lo elevaron al estatus de culto.  George Damiano fue responsable de las que son consideradas dos leyendas del cine para adultos, “El Diablo en la señorita Jones” y “Garganta Profunda”. La primera es una cinta que en su época fue considerada una joya del porno y es que su historia, en la que una mujer se suicida tras llevar una vida limpia y ordenada por lo que es mandada de vuelta a la tierra para que merezca entrar al “infierno”, es considerada por muchos como una alegoría a la represión sexual femenina, de hecho la secuencia final es potente. Una película que fue alabada por los críticos de la época y que incluso la incluyeron en las lista de las mejores películas de 1973, hoy al revisitarla no deja de impactar por su potente historia sino también por sus escenas pornográficas, filmadas con delicadeza, pero sin dejar de lado lo más gráfico.
El caso de “Garganta Profunda”  fue parecido, realizada un año antes de “El diablo…”, la película se convirtió en un fenómeno en la taquilla, se calcula que recaudó en cifras actuales casi 900 millones de dólares y tuvo una producción de 25 mil dólares, por lo que es una de las cintas más rentables de la historia del cine. Su historia gira en torno a una mujer que sufre una extraña malformación ya que su clítoris se encuentra alojado en su garganta, por lo que la única forma de lograr el orgasmo es practicando sexo oral.  Es divertida y muchos la vieron otra vez como una alegoría al deseo sexual de la mujer y a la represión que vivían en aquella época, donde lo más importante era el orgasmo masculino, una historia que parece no haber cambiado mucho.
Estas dos cintas hicieron surgir el llamado “porno-chic”, que es una corriente que en los 70 permitió que películas con contenido pornográfico y con más o menos intenciones artísticas fueran producidas. “Detrás de la puerta verde”, “Debie does Dallas”, “La Historia de Joana”, “Tabú”,  “Tarde desnuda” y tantas otras surgieron desde esa corriente dándole al porno un poco más de estatus que la simple exhibición de proezas sexuales. A mediados de los 80 vino la decadencia de la mano del video y es que las películas dejaron de producirse en celuloide y lo barato del nuevo formato mató a un género que se había ganado un espacio más allá de los cinéfagos sexuales, una situación que queda retratada en la cinta “Boggie Nights” de Paul Thomas Anderson.
En los 90, el género comenzó una lenta recuperación con corrientes como el llamado Alt porn, que tiene dos corrientes una que intenta emular al cine convencional y otra que busca “alternativas” al porno establecido. También desde esa década surgió un puñado de directoras que se atrevieron con el porno, creando algunas verdaderas joyas del cine para adulto. Tanto así que cada año hay numerosos encuentros como el festival de San Francisco y Barcelona y también los AVN, una especia de Oscar del cine pornográfico, donde cada año surge una nueva revelación que deja atónitos a los críticos y extasiados a los cinefagos.
Países como Francia, España, Estados Unidos y Alemania, se atreven con producciones pornográficas que van un poco más allá y basta revisar cintas como “Cinco historias para ellas”, “Las Rosas Rebeldes” y “Todo sobre Ana” siguen esta corriente que también se nutre del cine porno lésbico y gay, con exponentes como Maria Beatty en el primero y Bruce Labruce en el segundo.
En esa misma década surgió una nueva moda y es la de incluir escenas pornográficas en películas convencionales o que no pertenecen a la industria del porno. Es así como directores de la talla de Lars VonTrier (“Los Idiotas” y “Anticristo”) incluyeron y filmaron escenas de sexo explícito en sus cintas. La directora francesa Catherine Breillat fue más lejos y más que insertos pornográficos hizo que todas las escenas sexuales de sus películas tuvieran sexo explicito, es el caso de “Romance X” y “Anatomía del Infierno”. Una tendencia que merece un análisis especial y que desglosaré con varios casos de cintas.
En resumen, el cine pornográfico puede llegar a ser más que la mera exhibición burda de encuentros sexuales (como también el cine de acción puede ser más que la mera exhibición burda de balaceras), puede tener ideas, tendencias, estilos y aciertos. Así es el arte y así también es el cine pornográfico, una expresión más que puede llegar a ser tan arte como cualquier otra expresión del alma.

Entrada original: http://blogs.soychile.cl/copiapo/miradas-desde-lejos/limites-del-arte-i-pornografia

Cine y censura, una relación que se niega a terminar

La primera película que vi en USA fue “Blue Valentine”, una cinta romántica sobre el desgaste de una pareja y que está narrada en tiempos paralelos y que tiene un fuerte componente femenino en sus proposiciones y en especial en su resolución. La cinta revivió una antigua  polémica en Estados Unidos respecto a la calificación cinematográfica ya que recibió una “NC-17” (Algo así como Estrictamente Mayores de 18 años), con lo que se prohibía la entrada a menores de 18 años aun cuando estuvieran acompañados de su padre o madre. La situación no pasaría a mayores y se podría tomar como varias cintas para adultos que se exhiben en los cines (ojo que decir cine para adultos no me refiero al cine pornográfico), pero es mucho más complejo que eso.

Primero, las cintas con calificación “NC-17” siguen asociándose a la antigua calificación de “X” (que a su vez originó el termino XXX para el cine pornográfico) y por lo tanto gozan de cierta mala reputación y restringe las posibilidades de la taquilla. Segundo, a pesar de ser el país de las libertades como ellos se autodenominan, Estados Unidos es profundamente conservador e incluso en Hollywood la calificación NC-17 es considerada maldita. Tercero y lo más grave es que las grandes cadenas de cines se niegan a exhibir cintas calificadas NC-17, por lo que una película con esta calificación estaría obligada a exhibirse en circuitos restringidos lo que supone un grave daño comercial a los productores. Es por eso que en Hollywood nadie quiere hacer películas NC-17 y cuando alguna recibe esa calificación prefieren apelar y en los casos extremos hasta prefieren aplicar cortes a la película con el fin de obtener una calificación más abierta, en este caso una R (restringida) que también es para mayores de 18 años pero en este caso si se es menor se puede ingresar en compañía de un adulto.  En el caso de “Blue Valentine” la calificación se debió a dos escenas, una donde la pareja, interpretada por  Michelle Williams y Ryan Gosling, hace el amor en un motel. Ella muestra disgusto y se insinúa que existe presión. No es muy gráfica y emocionalmente es potente, nada que no hayamos visto o que no pueda ver un o una adolescente. La segunda es la famosa escena de sexo oral, donde él se pierde literalmente entre las piernas de ella. Una escena más bien suave y donde el poder recae en la mujer y en su goce interior. Nada grave y nada como para calificar a la cinta más allá de un drama para adultos y lejos de cualquier connotación de cine XXX. Después de apelaciones varias, la MPAA (organismo que entrega las calificaciones), rebajó la aprobación a una R. Este episodio da para pensar.
Si bien la censura en Estados Unidos está prohibida por ley, existen aún elementos  que ejercen coerción y en este caso es el criterio comercial. Los conservadores presionan para que las cintas sean cada vez más “blancas” y los dueños de las grandes cadena de cines tienen el poder de distribuir o no una cinta y con en ellos pueden ejercer una forma de censura mucho más castradora y que lleva como consecuencia a que muchos estudios apliquen la autocensura, cortando las películas y a veces incluso hasta modificando los contenidos originales.
Además, en USA la calificación es mucho más estricta y existe una facilidad casi preocupante como las cintas pueden ser calificadas como R, ejemplos hay varios en Chile por ejemplo “Y tu mamá también” la excelente película de Alfonso Cuarón fue calificada para mayores de 14 años, en cambio en USA recibió la temida NC-17,  hay otros ejemplos como la última cinta de la saga Matrix que en Chile fue para Todo espectador, en USA recibió una R (mayores de 18). Lo más increíble de toda esta historia es que la calificación es voluntaria, pero eso en el papel ya que las cadenas de cine se niegan a exhibir cintas que no pasen por esa calificación “voluntaria”. Como sea hoy la mayoría de las cintas reciben una calificación PG-13 (algo así como Mayores de 14 años) y ahí se incluyen cintas que claramente son infantiles  o para adolescentes como varias “Harry Potter”, y muchas películas se “blanquean” para que puedan recibir esa calificación en donde no debe haber desnudos y solo se permite violencia no muy explícita y un lenguaje que estúpidamente permite que solo se pronuncie una vez en la cinta la palabra “Fuck” (el garabato más fuerte en inglés) siempre y cuando no tenga una connotación sexual.
Como sea el sistema gringo de calificación da para varios post y lo iré desmenuzando a medida que lo entienda más, aunque de por sí ya parece una versión mala de nuestro sistema de calificación nacional que fue modificado para bien durante el Gobierno del Presidente Lagos.  Como sea con esto se demuestra que la censura está lejos de estar ausente en Estados Unidos y que el cine sigue sufriendo sus consecuencias, aunque acá quien la ejerce no es el gobierno, sino más bien el sistema. Y con decirlo de seguro ya me gané una calificación NC-17.

Publicación original: http://blogs.soychile.cl/copiapo/miradas-desde-lejos/cine-y-censura-una-relacion-que-se-niega-a-terminar

Y David le ganó a Goliat

Castilla fue derrotada. Lo que parecía algo casi imposible. Un grupo de personas de Totoral, una localidad pequeña, apartada y rural logró doblarle la mano a un proyecto que detrás tenía millones de dólares, meses de un aparatoso lobby y un huracán de influencias que pavimentó a fuerza de dinero un camino para su aprobación. Se encontraron con un pequeño que con una piedra (acción judicial) derribó la mole de acero, cemento y carbón que pretendía construirse en sus costas. David le ganó una vez más a Goliat.
La termoeléctrica Castilla, perteneciente al grupo MPX, del megamillonario Eike Batista no podrá construirse... (seguir leyendo)