* Copiapó queda fuera de la locura que desató la película en la taquilla y todo por no tener un cine. Cuando se estrenan cintas con este nivel de impacto, todos aullamos por una sala comercial en la ciudad.
La estructura es la misma que su predecesora. Tres historias basadas en llamados realizados al popular programa “El Chacotero Sentimental” se entrelazan con las intervenciones de El Rumpy. “Radio Corazón” además es el debut de Roberto Artigoitía, el Rumpy, en la dirección, que en la primera parte estuvo a cargo de Cristián Galaz.
La primera historia, “La iniciación”, está protagonizada por la nueva musa del cine chileno, Manuela Martelli, además de Daniel Muñoz y Daniel Alcaíno. En ella una joven (la sólida Martelli) es la líder del “comando copi”, un grupo de adolescentes que tiene como pacto perder la virginidad antes de los 18 años, pero resulta que todas lo han logrado. Es así como ella empieza a urdir un plan para acostarse con un hombre mayor. En ese contexto su padrastro (Muñoz) conoce a “el dragón”, un cuento sexual que se supone da el mejor chiste de la película y que finalmente desencadena la trama. Aún así “La iniciación” es la historia que tiene el mayor espíritu de comedia en toda la película, con algunos gags que pueden resultar efectivos y unos chistes escatológicos no tan acertados. Si bien hay que reconocer ese elemento, el segmento es realista donde las y los adolescentes están retratados como seres sexualmente activos, lo que toma contingencia después de algunas “performances” protagonizadas por niñas de 12 años que han sido puestas en Internet y de las que hemos sido testigos. Más efectista que original, el segmento es el que presenta los mayores convencionalismos y quizás por eso es también la más divertida.
La segunda historia es “Mi Nuera”, con Claudia Di Girólamo, Nestor Cantillana y Juana Viale. En una ella una joven pareja comienza a organizar su matrimonio y para ello piden la ayuda de la suegra, la que comienza una entrañable y peligrosamente cercana relación con su futura nuera. Una historia marcada por la sutileza y la pulcritud del relato, el lesbianismo tocado con respeto y con la osadía visual necesaria en especial en la dirección de arte y que impacta por el avance sutil de una tragedia. El Rumpy apuesta por la ausencia de los juicios de valor, los que surgen de la fuerza del relato. Es la que quizás contiene las mejores actuaciones de toda la película y en la que apuesta por lo cinematográfico como elemento básico. Acá El Rumpy demuestra su capacidad y quizás el único elemento que faltó fue darle mayor protagonismo a los silencios y las expresiones. “La nuera” es una tragedia, con toques aislados de comedia (un personaje secundario que odia a las mujeres), que funciona, sobrecoge e impacta.
“Cuento de hadas” es la última historia y que es simplemente una historia de amor. Una nana en un mundo de fantasía. Una hacienda viñatera donde el lujo es casi parte del paisaje. Una familia muy acomodada que la acoge como un miembro más de la familia en la medida de lo conveniente, siempre marcando ese sutil límite entre las clases sociales. Tamara Acosta es Valeria, la niñera que cuida a la moribunda dueña de casa (Amparo Noguera), que sufre por la distancia que marca su esposo (Felipe Braun). Todo bien hasta que la dueña de casa le pide algo más que sólo cuidar a su familia. Una historia con tradición romántica, donde los personajes se encuentran, se enamoran y sufren un quiebre, en medio de fuertes diferencias sociales, es decir, una “cenicienta” nacional. Es políticamente correcta y de personajes cercanos al cliché pero que gracias a la sutil y siempre controlada dirección logran sobreponer una historia de lugares comunes, para transformarla en un intenso relato de amor.
En suma “Radio Corazón” pasa con creces la prueba y la siempre odiosa comparación. Si bien es menos divertida que su predecesora, es más osada en el uso del lenguaje cinematográfico como elemento estabilizador de las ideas. El Rumpy se la juega por sus personajes, sin importar si con ello tiene que sacrificar algún chiste o el exceso de risas y además es capaz de filmar quizás la primera historia abiertamente lésbica del cine chileno y lo hace con respeto (a pesar de lo fuerte de la situación) y con la convicción de que sus personajes se dejan llevar por los sentimientos y no por lo genitales. En “Radio Corazón” los personajes son un espejo traslúcido de su interior, lo que es un mérito total. Si bien hay algunos momentos en que se nota la falta de oficio en la dirección de actores, la cinta transcurre sin sobresaltos y con la convicción de ser fiel al programa que le dio origen. Es decir un espacio casi de desahogo, de redención de nuestros deseos sexuales y explosión de nuestra realidad muchas veces encubierta por la insana pacatería a la que estamos acostumbrados. Menos sexual, pero más explícita en los sentidos, “Radio Corazón” es contingente, acertada y una película que logra captar la esencia de los chilenos.
Ficha Técnica
Titulo original: Radio Corazón
La primera historia, “La iniciación”, está protagonizada por la nueva musa del cine chileno, Manuela Martelli, además de Daniel Muñoz y Daniel Alcaíno. En ella una joven (la sólida Martelli) es la líder del “comando copi”, un grupo de adolescentes que tiene como pacto perder la virginidad antes de los 18 años, pero resulta que todas lo han logrado. Es así como ella empieza a urdir un plan para acostarse con un hombre mayor. En ese contexto su padrastro (Muñoz) conoce a “el dragón”, un cuento sexual que se supone da el mejor chiste de la película y que finalmente desencadena la trama. Aún así “La iniciación” es la historia que tiene el mayor espíritu de comedia en toda la película, con algunos gags que pueden resultar efectivos y unos chistes escatológicos no tan acertados. Si bien hay que reconocer ese elemento, el segmento es realista donde las y los adolescentes están retratados como seres sexualmente activos, lo que toma contingencia después de algunas “performances” protagonizadas por niñas de 12 años que han sido puestas en Internet y de las que hemos sido testigos. Más efectista que original, el segmento es el que presenta los mayores convencionalismos y quizás por eso es también la más divertida.
La segunda historia es “Mi Nuera”, con Claudia Di Girólamo, Nestor Cantillana y Juana Viale. En una ella una joven pareja comienza a organizar su matrimonio y para ello piden la ayuda de la suegra, la que comienza una entrañable y peligrosamente cercana relación con su futura nuera. Una historia marcada por la sutileza y la pulcritud del relato, el lesbianismo tocado con respeto y con la osadía visual necesaria en especial en la dirección de arte y que impacta por el avance sutil de una tragedia. El Rumpy apuesta por la ausencia de los juicios de valor, los que surgen de la fuerza del relato. Es la que quizás contiene las mejores actuaciones de toda la película y en la que apuesta por lo cinematográfico como elemento básico. Acá El Rumpy demuestra su capacidad y quizás el único elemento que faltó fue darle mayor protagonismo a los silencios y las expresiones. “La nuera” es una tragedia, con toques aislados de comedia (un personaje secundario que odia a las mujeres), que funciona, sobrecoge e impacta.
“Cuento de hadas” es la última historia y que es simplemente una historia de amor. Una nana en un mundo de fantasía. Una hacienda viñatera donde el lujo es casi parte del paisaje. Una familia muy acomodada que la acoge como un miembro más de la familia en la medida de lo conveniente, siempre marcando ese sutil límite entre las clases sociales. Tamara Acosta es Valeria, la niñera que cuida a la moribunda dueña de casa (Amparo Noguera), que sufre por la distancia que marca su esposo (Felipe Braun). Todo bien hasta que la dueña de casa le pide algo más que sólo cuidar a su familia. Una historia con tradición romántica, donde los personajes se encuentran, se enamoran y sufren un quiebre, en medio de fuertes diferencias sociales, es decir, una “cenicienta” nacional. Es políticamente correcta y de personajes cercanos al cliché pero que gracias a la sutil y siempre controlada dirección logran sobreponer una historia de lugares comunes, para transformarla en un intenso relato de amor.
En suma “Radio Corazón” pasa con creces la prueba y la siempre odiosa comparación. Si bien es menos divertida que su predecesora, es más osada en el uso del lenguaje cinematográfico como elemento estabilizador de las ideas. El Rumpy se la juega por sus personajes, sin importar si con ello tiene que sacrificar algún chiste o el exceso de risas y además es capaz de filmar quizás la primera historia abiertamente lésbica del cine chileno y lo hace con respeto (a pesar de lo fuerte de la situación) y con la convicción de que sus personajes se dejan llevar por los sentimientos y no por lo genitales. En “Radio Corazón” los personajes son un espejo traslúcido de su interior, lo que es un mérito total. Si bien hay algunos momentos en que se nota la falta de oficio en la dirección de actores, la cinta transcurre sin sobresaltos y con la convicción de ser fiel al programa que le dio origen. Es decir un espacio casi de desahogo, de redención de nuestros deseos sexuales y explosión de nuestra realidad muchas veces encubierta por la insana pacatería a la que estamos acostumbrados. Menos sexual, pero más explícita en los sentidos, “Radio Corazón” es contingente, acertada y una película que logra captar la esencia de los chilenos.
Ficha Técnica
Titulo original: Radio Corazón
Dirección: Roberto Artiagoitía
País: ChileAño: 2007
Género: Comedia/ Drama
Elenco: Daniel Muñoz (Manolo), Manuela Martelli (Nice), Daniel Alcaíno (Darwin), Claudia Di Girolamo (Sandra), Néstor Cantillana (Federico), Juana Viale (Manuela), Amparo Noguera (María Pilar), Tamara Acosta (Valeria), Felipe Braun (Cristian)
Guión: Pablo Illanes y Roberto Artiagoitía
Duración:115 minutos
Calificación: Mayores de 14 años (por algunas situaciones sexuales, nada muy explícito)
VALORACIÓN: MUY BUENA. Imperdible como retrato de nuestras actitudes sexuales.
Trailer: http://br.youtube.com/watch?v=iLqKTDQEgvEVALORACIÓN: MUY BUENA. Imperdible como retrato de nuestras actitudes sexuales.
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